Las ciudades cada vez son más grandes y los entornos naturales escasean. Pero esto no ha sido así siempre. Según cuentan las leyendas, los árboles, desde que florecen hasta que mueren, van acompañados de unos pequeños duendes que son sus protectores. Viven cada emoción al igual que ellos. Sin embargo, ahora los árboles de las ciudades cada vez están más perdidos así como sus duendes. Solo hay una forma de recuperar esa magia: salvar a los árboles.