Una niebla ha asolado la ciudad y los ciudadanos de un rascacielos acaban de descubrir que no pueden salir del edificio. Las partículas que componen la niebla deboran a todo aquel que se atreva a atravesarla. Todos y cada uno de los que se encuentran en el edificio están atrapados y según pasan los días sus instintos más primitivos se van apoderando de ellos.